Normalmente las células humanas crecen y mueren de forma controlada. Sin embargo las células del cáncer se siguen produciendo de forma incontrolada, de ahí la importancia de la quimioterapia que es la encargada de destruir esas células o por el contrario, detener su multiplicación; debido a que éstos medicamentos no lo realizan de forma selectiva pueden lesionar células sanas de rápido crecimiento como: las sanguíneas, las del cabello, de mucosas, etc., dando origen a los efectos secundarios.
La mayoría de los efectos secundarios son temporales debido a que las células sanas se recuperan fácilmente haciendo que los efectos desaparezcan de forma gradual; éstos efectos varían de un paciente a otro, desde simples molestias a problemas graves y van a depender tanto del tipo de medicamento como de la dosis utilizada y de la salud general del paciente en el momento de la aplicación.